OPINIÓN. Por Antón Iván Ozomek Fernández
Geógrafo y autor del blog ‘Edifeicios’
30/04/12. Opinión. Los alcaldes democráticos han
destruido más casas del casco histórico de Málaga que los tecnócratas del
franquismo. En 2016 habrá más construcciones nuevas que históricas en el centro
de la ciudad. Ayuntamiento, Junta de Andalucía y Fiscalía no han hecho nada
para evitar este expolio (despojo con violencia o iniquidad). El geógrafo Antón
Ozomek ofrece en esta colaboración con ELOBSERVADOR las espectaculares IMÁGENES y desoladores resultados del
fruto de más de un año de exhaustiva investigación científica “basada en tres
pilares fundamentales. En primer lugar análisis territorial a partir de la superposición
de una docena de mapas y fotografías aéreas que abarcan desde 1897 hasta 2011;
en segundo lugar, la consulta de catálogos y bases de datos de la Dirección
General del Catastro, el Ayuntamiento de Málaga y el Colegio de Aparejadores y
Arquitectos Técnicos de Málaga; y, en tercer, un sistemático trabajo de campo
en el que se han completado un millar de fichas de información inmobiliaria y
se han realizado más de 5.000 fotografías, en un recorrido a pie de
aproximadamente quinientos kilómetros por las calles del centro de Málaga”.
Geografía del desastre. Una minuciosa descripción del expolio del centro de Málaga, que tiene más casas nuevas que históricas
EL año 2016 es una fecha muy significativa para la ciudad de
Málaga. No solo porque no será precisamente en nuestra Costa del Sol donde se
celebre oficialmente la capitalidad cultural europea, sino porque ese año será,
si se cumple la más que previsible tendencia, el último en que la arquitectura
centenaria sea lo normal, lo habitual, lo mayoritario en el Centro Histórico de
Málaga; y citando el magnífico artículo El Corazón en la Crisálida, del escritor
y periodista Pablo Bujalance, puede añadirse que “todo será un centro moderno,
hecho de viviendas modernas y de calles modernas, donde más de uno asegure que
Málaga no tiene más de un siglo. Habrá que seguir subiendo para ver. Ver y
recordar”.
SERÁN los edificios más “jóvenes” los que para 2016 dominen el
paisaje urbano de este especial sector de la ciudad. Aunque en 1985 se decidió
proteger jurídicamente el centro de Málaga -mediante su calificación como Bien
de Interés Cultural de Conjunto Histórico Artístico- se han demolido centenares
de edificios, resultando una tasa de derribos que, paradójicamente, duplica con
creces la propiciada por los tecnócratas de la dictadura franquista en las
décadas del “desarrollismo” de 1960 y 1970; época que algunos “radicales del
conservacionismo” tildan de los años de la barbarie y la destrucción del
patrimonio histórico de los pueblos y ciudades de España.
PERO si aquello fue barbarie, lo que ahora ocurre en el centro de
Málaga es, literalmente, un expolio ante el que la ciudadanía no debería quedar
impasible, salvo que no le importe que el Ayuntamiento de Málaga y la Junta de
Andalucía -autoridades competentes (?) en la materia- vendan lo más valioso de
nuestro patrimonio histórico a cambio de las “migajas” que suponen las tasas
urbanísticas por demolición y obra nueva.
DECIMOS “expolio” (según el diccionario de la Real Academia:
“despojar con violencia o con iniquidad”) porque en el minúsculo Centro
Histórico de Málaga -40 hectáreas tiene la zona intramuros medieval, la llamada
almendra histórica, frente a 6.000 hectáreas de suelo urbanizado en todo el
término municipal- desde el año 1985 se han demolido 379 inmuebles históricos,
lo que sumado a las 175 demoliciones entre 1957 y el año de la calificación del
BIC de Conjunto, implica que el sector de la almendra ha perdido, en tan solo
56 años, el 43,4% del parque edificatorio histórico; y además, este se ha visto
no solo sustituido por inmuebles de nueva planta, sino que ha sufrido 337
alteraciones de la trama urbana (299 desde el año 1985) consistentes en
fusiones de parcelas, retranqueos y atirantamientos de fachadas, así como la
creación de nuevas calles y plazas que han supuesto profundas rupturas y
modificaciones del tejido urbano histórico.
ALGUNAS personas podrán razonablemente preguntarse si estos hechos
aquí denunciados son realmente tan importantes. Y podría ser también la razón
pura -la vigente Ley del Patrimonio Histórico determina la obligatoriedad de
proteger y conservar este sector- la que respondiera a esta cuestión. Prefiero
escoger un motivo más sentimental: Sí, es importante, porque significa que cada
vez perduran menos restos materiales de nuestro pasado, perdiéndose los
testimonios de aquello que fuimos ayer y que indudablemente nos permiten saber
de dónde venimos. Porque no solo el destino de nuestro viaje es importante. Es
en el origen donde también se construye una parte esencial de nuestra identidad.
TAMBIÉN pueden algunos, lógicamente, pensar que la catedral, la
alcazaba, el teatro romano, el mercado de Atarazanas, o la calle Larios son
suficientes vestigios del pasado, y que el resto puede desaparecer sin que por
ello se pierda nada importante. Pero sería una conclusión errada porque,
estableciendo un símil arquitectónico, los pilares, las vigas, el techo y las
paredes de una casa son lo más importante, sin duda, pero si no hay puertas ni
ventanas, ni baldosas en el suelo, ni muebles o cuadros o lámparas, tendremos
un refugio donde guarecernos, pero no será un lugar que algún día podamos
acabar llamando hogar.
EL Centro Histórico de Málaga es como nuestro hogar
ancestral, donde el conjunto es tan importante como sus partes. Todos sus
elementos, desde los más “nobles” a los más “humildes”, juegan un papel
fundamental, al igual que el de las personas que lo habitan, que no pueden ser
solamente paseantes ni turistas. Porque la “contextualización” -el monumento
junto a todo lo que le rodea, incluidas las gentes que lo heredan y protegen-
es indispensable para lograr el objetivo final, que no es otro que el de
conservar este pequeño rincón de la ciudad impidiendo que desaparezca, para que
así las siguientes generaciones tengan la oportunidad de contemplarlo, sentirlo
y vivirlo del mismo modo en que lo disfrutamos nosotros. Tanto es así que la
UNESCO, máximo órgano mundial en materia cultural, ha tipificado todas estas
cuestiones de forma reiterada en diversas cartas y tratados internacionales,
todos los cuales han sido plenamente ratificados por el Estado español y
debidamente traspuestos a nuestro corpus jurídico.
CABE por otra parte aclarar que la fecha de 1957 antes mencionada
es la elegida como umbral de esta ambiciosa investigación por diversos motivos:
primero, porque fue el año anterior cuando se aprobó la Ley del Suelo, que vino
a regular la actividad urbanística según los “modernos” parámetros del
“desarrollismo”; y, segundo, porque fue en dicho año cuando se levantaron en el
centro histórico de Málaga las primera “torres” de estilo “internacional”
(subtipo arquitectónico dentro del Movimiento Moderno), concretamente a escasos
metros de la Catedral de Málaga, en el número 4 de la calle Litoral, o junto a
la esbelta torre dieciochesca de la Iglesia de San Juan, degradando para
siempre el paisaje urbano histórico del adarve de calle Coronel.
ASIMISMO, respecto a la calidad y veracidad de la información que aquí
se cita, es necesario especificar que este acopio de cifras y datos es
resultado de una exhaustiva investigación geográfica, llevada a cabo desde hace
algo más de un año y cuya rigurosa metodología puede resumirse en tres pilares
fundamentales (para una información más detallada, puede consultarse el blog
Edifeicios AQUÍ): en primer
lugar análisis territorial, mediante software GIS, a partir de la superposición
de una docena de mapas y fotografías aéreas que secuencialmente abarcan desde
el año 1897 hasta el pasado 2011; en segundo lugar, la consulta de catálogos y
bases de datos publicadas en internet por la Dirección General del Catastro, el
Ayuntamiento de Málaga y el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de
Málaga; y, en tercer y último lugar, un sistemático trabajo “de campo” en el
que se han completado un millar de fichas de información inmobiliaria y se han
realizado más de 5.000 fotografías, en un recorrido a pie de aproximadamente
quinientos kilómetros por las calles del Centro de Málaga.
Y es, por cierto, muy triste que tras todo este trabajo y
esfuerzo invertidos, el sr. D. Juan B. Calvo-Rubio Burgos, de la Fiscalía
Provincial de Málaga haya archivado las Diligencias de Investigación, abiertas
a raíz de diversas denuncias presentadas ante este órgano en relación al
expolio del BIC Centro de Málaga, estimando que a pesar de las abundantes y
sólidas pruebas aportadas -cito textualmente- “no se puede deducir ni siquiera
incidiariamente, la existencia de delito” contra la Ordenación del Territorio o
el Patrimonio Histórico.
DESCONOZCO los motivos por los que no se han considerado vulneradas
diversas determinaciones legales vigentes, como por ejemplo los artículos 17,
18 y 19 del PGOU-PEPRI (Texto Refundido de 1998, vigente hasta el pasado agosto
de 2011) que prohíben la práctica del “fachadismo” en edificios históricos con
Protección Arquitectónica de Grado I, 27 de los cuales tan solo desde el año
2000 han sido afectados por esta abominable práctica en el sector urbano de
referencia. Y también en lo referente a los artículos 21.3 de la Ley 16/1985
del Patrimonio Histórico Español y 31.2.b de la Ley 14/2007 de Patrimonio
Histórico de Andalucía, que determinan que en los centros históricos protegidos
“se considerarán excepcionales las sustituciones de inmuebles, aunque sean
parciales”, sobre todo teniendo en cuenta que desde que el sr. D. Francisco de
la Torre Prados ocupó la alcaldía, son ya 207 las “excepcionales” demoliciones
de edificios históricos llevadas a cabo en la almendra histórica de Málaga. Por
tanto, un “excepcional” 22,3 por ciento de los edificios históricos
“supervivientes” en el año 2000, ante lo que el sr. D. Manuel Jesús García
Martín, delegado Provincial de Cultura en Málaga, previo archivo de denuncias,
también “se lava las manos” alegando, absurda y literalmente, ser incompetente
en la materia.
PERO a pesar de todos estos desafortunados y lamentables hechos,
y aunque los diferentes poderes públicos sintonicen mejor con los especuladores
inmobiliarios que con el interés general de la ciudadanía, aún hay suficientes
motivos de esperanza: tantos como ciudadanos comprometidos en la defensa de
nuestro Patrimonio Histórico.
GRACIAS por tanto a quienes dedicáis gran parte de vuestro tiempo libre a luchar
por lo que consideráis justo, dejando además prueba y constancia en blogs y
páginas web como las de la Asociación en Defensa del Patrimonio Industrial de
Málaga, Málaga Duele, Málaga Monumental, Pinturas Murales de Málaga, Salvemos
Málaga, Se Vende Calle, o Torre Vigía, porque, como bien dice el eslogan del
más divertido de estos colectivos: “ven a Malaguistán, está muy cerca, sólo
tienes que mirar”.
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